Bruselas estudia introducir un supervisor en las licitaciones públicas buscando la transparencia (Octubre, 2017)
Transparencia internacional (TI), que es una organización no gubernamental que promueve medidas contra crímenes corporativos y corrupción política en el ámbito internacional, ha ideado la figura de los pactos de integridad. A día de hoy, estos pactos de integridad son un proyecto piloto, pero, una vez obtenidos los resultados, la Comisión Europea (CE) estudiará como incorporarlos a la legislación europea.
Los pactos de integridad han de referirse a una contratación específica y funcionan de la siguiente manera. Su introducción en la contratación implica que tanto la Administración como la Empresa licitadora se comprometan a desarrollar una conducta íntegra y a facilitar al tercero independiente toda la información necesaria para que realice su labor de supervisión. Este tercero independiente examinará todas las fases del proceso, asistido de un grupo de monitores compuestos por expertos en las materias que requiera el contrato. Asimismo, de forma periódica, hará públicos los resultados de su supervisión. La comunicación pública en este escenario es esencial para garantizar la eficacia de los pactos de integridad pues incentivan el rigor del proceso.
La Dirección de Política Regional y Urbana de la Comisión Europea destaca que en el triángulo Administración-Empresa Licitadora-Monitor es fundamental garantizar la independencia plena del Monitor y por lo tanto es clave que su financiación no provenga directamente del contratante. En los proyectos de pactos de integridad que están actualmente en marcha, es la Comisión Europea quien costea la labor de monitorización.
En los países con más experiencia en la implementación de los pactos de integridad, los resultados son muy positivos. Según los datos ofrecidos por Transparencia Internacional, en Hungría, el ahorro medio obtenido en los procesos de licitación en los que se han aplicado los pactos de integridad es del 30%. Una rebaja que compensa de forma sobrada el incremento de coste del 0,5% que supone la financiación de los miembros y las necesidades del equipo del tercero independiente.
Esta reducción de costes de obtiene, por un lado, por la mejora de la eficiencia del proceso que evita el despilfarro y los sobrecostes, y, por otro lado, por la prevención del fraude y la corrupción, garantizando los principios de transparencia, concurrencia e igualdad de trato. Y, al haber más competencia, se incrementan las opciones de que se produzcan mejores ofertas.